“El fútbol es un lenguaje con sus prosistas y sus poetas” Por Pier Paolo Pasolini [1971] Diario Il Giorno


Un amable periodista del Europeo me hizo algunas preguntas relativas al debate sobre los problemas lingüísticos que separan artificialmente a los literatos de los periodistas y a los periodistas de los futbolistas. Sin embargo, mis preguntas han sido recortadas en la rotativa (¡debido a las exigencias periodísticas!) y han perdido sustancia. Como el tema me interesa, me gustaría retomarlo con un poco de calma y con plena responsabilidad sobre mis palabras. ¿Qué es una lengua? ‘Un sistema de signos’, responde hoy, con toda exactitud, el semiólogo. Pero ese ‘sistema de signos’ no es sólo ni necesariamente una lengua escrita-hablada (ésta que usamos aquí y ahora, yo escribiendo y tú, lector, leyendo) […] Otro sistema de signos no verbal es el de la pintura; o el del cine; o el de la moda (objeto de estudio de un maestro en este campo, Roland Barthes), etc. El juego del fútbol es un ‘sistema de signos’, una lengua no verbal.


Controlando con la pierna izquierda, Pier Paolo Pasolini [Bolonia, Italia, 5 de marzo de 1922–Ostia, 2 de noviembre de 1975]

En el fútbol hay momentos que son exclusivamente poéticos: los momentos del ‘gol’. Cada gol es siempre una invención, es siempre una perturbación del código: todo gol es ‘ineluctabilidad’, fulguración, estupor, irreversibilidad. Precisamente como la palabra poética. El máximo goleador de un campeonato es siempre el mejor poeta del año.


[…] Un fútbol de prosa: se basa en la sintaxis, en el juego colectivo y organizado, esto es, en la ejecución razonada del código. Su único momento poético es el contraataque que culmina en un gol (que, como hemos visto, no puede más que ser poético). En definitiva, el momento poético del fútbol parece ser (como siempre) el momento individualista (regate y gol; o pase inspirado). 

El fútbol en prosa es el del sistema (el fútbol europeo): su esquema es el siguiente:




El gol se encomienda a la conclusión de la que, a ser posible, se encarga un poeta realista como Riva, pero debe derivar de una organización de juego colectivo, basado en una serie de pases geométricos ejecutados según las reglas del código (Rivera en esto es perfecto; a Brera no le gusta porque se trata de una perfección un poco estetizante y no realista, como ocurre con los centrocampistas ingleses o alemanes).

El fútbol poético es el del fútbol latinoamericano. Su esquema es el siguiente:




La realización de este esquema requiere una capacidad monstruosa de driblar (algo que en Europa se repudia en nombre de la «prosa colectiva») y cualquiera puede inventar el gol desde cualquier posición. El regate y el gol son los momentos individualistas—poéticos del fútbol; por eso el fútbol brasileño es un fútbol de poesía. Sin hacer juicios de valor, en un sentido puramente técnico, en México la poesía brasileña ha ganado a la prosa estetizante italiana.

Pier Paolo Pasolini, “Il calcio ‘è’ un linguaggio con i suoi poeti e prosatori”, Periódico Il Giorno, 3 de enero de 1971.


⚽ ⚽