En esta crónica no hay canciones tristes, no hay violines de fondo que conmuevan los corazones de quienes la leen. De hecho, no hay fotografías de casas en ruinas que inspiren lástima. Porque, ¿para qué una más? ¿Para qué tomar la foto de una realidad que todos conocemos, si su impresión va a durar sólo el momento en que usted ojee estás páginas? Es cierto que una imagen dice más que mil palabras, pero a menudo no dice lo que tiene que decir. Mejor haga un poco de esfuerzo, usted, que lee esto, e imagínese que ha llegado a la frontera de la ciudad. ¿Sabe dónde se acaba Cartagena? Allí donde el pavimento se termina, donde está la última estación de Policía, por donde ningún vehículo pasa porque las calles parecen lagunas. Estamos, en definitiva, adentrándonos en Olaya Herrera, uno de los barrios más extensos de la Cuidad.
Hemos llegado una fría mañana de sábado para hacer el cubrimiento periodístico de la labor que en este barrio realiza una ONG internacional. En la sede de la entidad, un funcionario de la misma me presenta, y, sin perder más tiempo, emprendemos la marcha que nos llevará hasta lo más profundo del barrio, hasta la ciénaga. La calle por la que entramos está ligeramente inclinada, y las canaletas a lado y lado desplazan el agua lluvia que había estado cayendo hasta hace pocas horas: son dos líneas negras sobre las cuales se tienden pequeños puentes que les permiten a los habitantes salir de sus casas a la calle. Pero a medida que avanza, el camino se hace más intransitable. Las casas de concreto se acaban y surgen caseríos improvisados con latones y pedazos de madera. Las canaletas se hacen cada vez más anchas, se entrecruzan con el fango, el barro y las aguas estancadas. Incluso nos toca atravesar tramos en los que las canaletas se desbordan en mitad de la calle y forman un gran espejo de agua gris donde se mira el barrio. Entonces, como si se tratara de una prueba de equilibrio, hacemos todo lo posible por andar sobre las piedras que los moradores del sector han puesto en fila…
Víctor Menco Haeckermann
Coordinador Cultural
Nodo Cartagena de REDNEL
Universidad de Cartagena
No hay comentarios.:
Publicar un comentario